sábado, 25 de febrero de 2012

Sobre los silencios...



Me gusta el silencio. Que no haya ruido a mi alrededor, ni tele, ni música, ni facebook...Me gusta el silencio. La ausencia de la palabra y del sonido. Así puedo escucharme. Escuchar mi cuerpo, los latidos de mi corazón, sentir mis oídos vacíos de todo. Ausencia que viaja a mi mente y también se silencia, y entonces, lo siento todo, mis emociones y sentimientos. Escucho la ausencia y el vacío y me permito vaciarme de mí misma, para volver a re-llenarme, con lo mismo que ya tenía, pero un poco menos asentado, menos enmohecido, re-colocado en un sitio mejor.

Creo que el silencio ayuda a escuchar mejor. Me ayuda a lanzarme al ruido del día a día, y escucho mejor las risas y las lágrimas, tengo una mejor "recepción" de lo que me dicen los demás, porque he sacado mi ruido de dentro, que pueda provocar interferencias con los demás, puedo sentir más y mejor.
El silencio me ayuda a decidir, porque el silencio acalla a  mi mente que a veces, da demasiadas vueltas, y tranquiliza mi corazón que a veces se desboca solo... sobre todo, el silencio me permite escuchar a mis vísceras, la parte de mi cuerpo a la que menos caso le hago, la parte más irracional de todas.
A veces el silencio es existencial, no hay nada que pensar, ni opinar ni juzgar, simplemente está ahí. A pesar del ruido externo, se presencia de manera casi material, palpable. Da miedo. Angustia. Buscas una música para llenarlo, pero las canciones se acaban, y buscas y buscas...Da mucho miedo porque ese silencio permite que salgan tus propios ruidos, los que no te gustan, los que chirrían y tienes que enfrentarse a ellos o buscar ruidos de fuera, más fuerte que los tuyos para no escucharlos...
Una amiga me dijo una vez que yo era una persona de silencios... tardé en entender lo que me quería decir.
Que lo necesitaba para tomar mis decisiones, para descansar del mundo, como una inyección de vitaminas y fuerza. Así puedo llegar a tomar mis decisiones, desde el silencio, mi espacio de reflexión sobre la vida y lo que pasa en ella, un lugar casi físico al que tengo que llegar y hacer un esfuerzo para re-tenerlo poque sino me pierdo en el ruido de los demás...

Muchas veces busco el silencio físico. Estar yo conmigo misma, disfruto del silencio, de mi respiración, de un cigarro aspirado, saboreado y paladeado. En ese silencio se forman las historias que me cuesta luego tanto escribir. De este silencio salen palabras, historias y otras vidas. Aparecen los sueños y los proyectos. Y también los sentimiento que forman parte de mí y que cuesta tanto describir y nombrar. Es un silencio tan necesario para mí como el respirar o el comer. Porque sin él, perdería una parte de mí. La que no recibe un nombre, la que no rasga el aire, la que soy y seré. La que se transforma en historias y no vive en este mundo...Me gusta el silencio...¿Lo sientes?

http://youtu.be/wsN9HiGr8nM Y después de ver este vídeo creo que en otra vida fuí india...bollo pero india.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también adoro el silencio, es más, no creo que exista ni un sólo silencio mudo.

No sé como he llegado a tu blog, pero me ha encantado ésta entrada..

Un abrazo

OCLE dijo...

Me has recordado a mi Abuela, q ante mis silencios decía: Esta niña tiene mucha vida interior.

Gran amigo, El Silencio.