Tú existías en mi cama,
En la esquina entre el cielo y mi boca.
En las rendijas por las que se
colaba mi sueño.
…Que sabía tan dulce a tu lado…
Existías y te veía.
Desnuda, te recogía
pequeña, abrazada en mi mirada.
Mis manos te descansaban cada noche.
Y beso a beso
Te volviste reina y danza.
Los anocheceres no terminaban nunca.
Y el alba se excusaba de llegar
Y encontrarnos, en la alcoba y a oscuras
…Tan llenas de nosotras en nosotras…
Con el día, sólo las sábanas descansaban
Para acogernos y mullirnos
Cuando los soles corrían a enamorarse de las
Lunas.
A veces, sólo a veces, consigo
recordar todas las noches.
Unirlas en una. Y saborear cómo
Alguna vez, exististe en mi cama.
1 comentario:
No soy yo ¿verdad? porque no me acuerdo, y entonces tendría que replantearme el seguir bebiendo sidra... ajajajajajaja
Muy bonito ;)
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