viernes, 5 de marzo de 2010

Luna Niña

Lo bueno de las mudanzas, que encuentras papeles que no recordabas… Esta historia la escribimos entre otras dos chicas y yo para hacer una pequeña representación en el curso de monitorado que hice hace ya… tiempo…jejejje.Se trataba de escribir la historia y luego representarla detrás de una sábana, con luces y sombras. Ésta nos resultó muy fácil, sólo había que recortar una cartulina en forma de hombre, otra de media-luna, otras dos redondas, hinchar y deshinchar un globo y falsear las voces… si es que… yo creo que hice el curso no por trabajar con niños… sino porque yo me lo pasaba pipa…

(Representación- teatro de luces y sombras.

Curso de Monitores de Tiempo Libre.2002-2003

El Turullu )

Había una vez un soñador que todas las noches subía a una montaña a ver a la luna, porque nunca podía dormir. La luna era su obsesión. Unas noches aparecía redonda, llena y brillante, otras ocultaba una parte de su cuerpo y otras, simplemente no estaba.Él siempre se preguntaba: “¿Por qué cambiará tanto la luna?

Una noche Luna bajó a la montaña y le dijo: “¿quieres venir conmigo? Y te contaré una historia.

El soñador aceptó y se subió a lomos de Luna, asombrado.

“Hace millones de años, yo también fui niña. Jugaba, saltaba y reía entre los planetas y las estrellas. (Aparecen dos planetas riñendo a la luna-niña)

Era feliz, mi mundo era el Universo entero. Pero un día la vieja estrella Agamenón empezó a perder brillo y, y , ... se apagó para siempre. (Desinflar un globo)

Y yo me quedé tan triste, tan triste, tan triste que empecé a hincharme y a crecerme y, de repente, me hice mayor. Pero cada poco me acordaba de la vieja Agamenón y me encogía. Así pasaron siglos y nunca llegaba a estar entera del todo. Hasta que un día, vi nacer una estrellita (volver a inflar el globo). Y aquel día me hinché y me puse redonda de alegría.”

El soñador sonrió feliz, y poco a poco fue durmiéndose en brazos de la luna, que le seguía contando la historia del mundo...

Al día siguiente, el soñador se despertó sorprendido: “¿Habrá sido todo un sueño?. Y al anochecer se asomó a la ventanda, su amiga Luna estaba allí e incluso le pareció ver que le guiñaba un ojo.

2 comentarios:

nocheinfinita dijo...

Qué lindo el cuento. Me lo quedo para contarselo a mi "niña Candela".

Besos.

noche

Anónimo dijo...

Qué ternura!
Yo también hice la misma práctica en un curso de "Formación de Formadores en Educación No Formal".... pero, vamos que ni por asomo se acercó a tanta belleza.
Claro que con ese título de curso... je je je
Besos Lenteja