sábado, 1 de mayo de 2010

Que sí ne… la fía de Menganita… la que se casó con Fulanito

Ayer estuve en Macondo, fui a ver a mis padres y acabé agotada. No por verlos a ellos, sino por el paseo que nos dimos por el pueblín.

Todo el mundo nos paraba, y cuando digo todo el mundo es todo el mundo. Para preguntarle a mi padre cómo iba y a mí si me iba bien en Xixón, si tenía un buen trabajo… nadie me preguntó lo de “¿y ya tienes mozo ne?” jajaj creo que mis apariciones en los medios de comunicación ya les han dejado bastante claras las cosas.

Creo que los encuentros puedo dividirlos en:

1.- Mierda, cotilla a la vista que lo único que no te va a preguntar es tú número de la seguridad social¡¡¡. Con este tipo con asentir con la cabeza y decir “Todo va bien y todo está bien, y mi hermana bien gracias, y en el trabajo bien y en Xixón se vive bien” normalmente sueles librar,  a la cuarta vez que dices “bien” suelen darse cuenta de que no vas a soltar prenda así que desisten. Y te ponen al día con lo que pasa en el pueblo “ acabo de encontrarme (como que es tan difícil encontrarte con alguien en un sitio tan pequeño) con Manita” Yo pongo cara de ¿Y quién es esa? y jopeeeeee, frase que tanto odio y no puedo con ella “Que sí ne, tienes que conocerla, ye la fía de Menganita, que se casó con Fulanito, tuvieron una nena muy salada, que va con mi nieta a la guardería” sigo con mi cara de conocer. “que sí ne, que el padre murió haz ná y trabaya con el padre de XXX” Y ahí ya la lió porque no sé quién es XXX ni su padre claro. Agotador.

2.- “Hola” ¿Qué tal, bien? Me alegro. Hasta luego” Este tipo no suele doler, ni molestar, son buenos vecinos.

3.- Los y las que se tiran las manos a la cabeza. “Ai madre fía, vaya como cambiaste y (atención) cómo creciste¡¡¡” Y que te deja con unas ganas horribles de decirle: pero señora, que cuando me fui del pueblo tenía 23 años y a esa edad ya no se crece más”

4.- Amigos y amigas mías o de mis padres, que te arrancan una sonrisa cuando los ves, y dos besos bien daos y no te entra la prisa de repente, y también te dejan preguntar a ti que qué tal les va.

Cosas de los pueblos. Cosas que cada vez me agotan más, menos lo de encontrarme con mis amig@s claro. Pero qué se le va a hacer.

3 comentarios:

Marcela dijo...

jajajja,clavadito a lo que me pasaba a mí en el pueblo de mi madre. Ahora, Yosu, querida, lo de "cómo creciste" me llegó al alma, jajajajajja. besos, pancha, esta noche caleyeo otra vez, qué bien.

Angie Simonis dijo...

pero tienen su encanto los pueblos y sus dimes y diretes. Lo gracioso es cuando ya has pasado la fase de que todo el mundo lo sabe y todo el mundo lo acepta y hacen verdaderos esfuerzos por tener comentarios "normales" como "¿cómo está tu... tu...tu....? ¿Mi mujer? Bien, gracias ¿y la tuya?

Vane. dijo...

Uy, a mí eso de no ubicar a alguien y liarme más aún con las supuestas explicaciones, me pasan directamente con mi abuela, que le pregunto por una prima de ella y a los cinco minutos ya no sé ni quién es mi abuela...

Si te dicen que creciste, es que creciste, con ellos no hay vuelta de hoja jejjeje;o lo aceptas o,según el día que te pille sueltas: no será que usted no para de menguar?? :).

Slds.